
Los
dispositivos para ayudarnos a contar y calcular aparecieron a medida que se
desarrollaban los sistemas numéricos en distintas partes del mundo. Alrededor
del año 3000 a.c., mercaderes y traficantes en el Medio Oriente y a lo largo de
la ruta de tráfico del Mediterráneo comenzaron a utilizar el ÁBACO, este simple
marco de madera con bolas ensartadas por alambres es aun hoy utilizado en
muchas partes del mundo para realizar cálculos contables y comerciales.

Unos
años más tarde, un alemán llamado Gottfried Leibnitz mejoró la máquina de
Pascal. Inventó una calculadora que, además de sumar y restar, también podía
multiplicar, dividir y hallar la raíz cuadrada de un número, se accionaba
manualmente.


En
la década de 1820, Babbage comenzó a desarrollar su máquina diferencial, un
aparato que podía realizar cálculos matemáticos sencillos. Aunque Babbage
empezó a construir esta máquina, no pudo terminarla por falta de fondos. Sin
embargo, en 1991 unos científicos británicos que siguieron los dibujos y las
especificaciones detalladas de Babbage, construyeron esa máquina diferencial:
la máquina funcionaba a la perfección y hacía cálculos exactos con 31 dígitos,
lo que demostraba que el diseño de Babbage era correcto.
A
finales del siglo XIX, se utilizaban en las empresas máquinas de cálculo
mecanizadas como la tabuladora de Holletrith, con la que se realizó el censo
americano.
En
1943, por encargo de la Marina norteamericana, IBM construyó el Mark I, un
ordenador totalmente electromecánico de 17 m de largo, 2,5 m de altura y 5
toneladas de peso. Utilizado con fines bélicos, el primer ordenador automático
constaba de 750.000 piezas, unidas por cerca de
80 km de cables
El
primer ordenador electrónico fue el Eniac construido en la escuela de
Modre(1945) capaz de realizar 5000 sumas por segundo, pesaba 30 toneladas y
utilizaba 182000 válvulas
No hay comentarios:
Publicar un comentario